Psicomagia

Psicomagia es el nombre que Alejandro Jodorowsky da a una técnica por él ejercida de supuesta sanación espiritual. Si bien propone resolver conflictos psicológicos y hasta somáticos, no es una técnica científica ni suficientemente contrastada. Asimismo, según sostiene el autor, solamente él y algunos miembros de su familia la pueden ejercer. De acuerdo con éste, hunde sus raíces en el chamanismo, el psicoanálisis y el efecto patético del teatro. Afirma que se basa en la premisa de que el inconsciente toma los actos simbólicos como si fuesen hechos reales, de manera que un acto mágico-simbólico-sagrado podría modificar el comportamiento del inconsciente, y por consiguiente, si estuviese bien aplicado, curar ciertos traumas psicológicos. Estos actos son «diseñados a medida» y se prescriben después de que el «psicomago» analice las peculiaridades personales del consultante, e incluso estudie su árbol genealógico.

Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 1ª Parte
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 2ª Parte
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 3ª Parte
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 4ª Parte
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 5ª Parte
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia – 6ª Parte

La psicomagia no sigue un camino científicamente válido para la construcción y defensa del conocimiento que propone. El mismo Jodorowski reconoce que no se sitúa «en el terreno científico».

Fuentes de la psicomagia

La técnica es una mezcla de arte, psicoterapia moderna, filosofía oriental (en particular budismo zen), misticismo, culturas antiguas en general, reencarnación, gnosticismo, Nueva Era. Se nota especialmente la influencia de autores como George Gurdjieff y Carlos Castaneda.

Principios de la psicomagia

Jodorowsky tiene un particular concepto del arte, para él «la finalidad del arte es curar, porque si no cura, no es verdadero».

Según Jodorowsky:

El único lenguaje que aumenta el nivel de conciencia es el lenguaje del arte y de la poesía.
Al inconsciente le es más fácil comprender el lenguaje onírico que el lenguaje racional.
Aquello que atemoriza a un sujeto pierde su fuerza en el momento en que este deja de combatirlo.
Una enseñanza no se hace operante, no adquiere toda su fuerza transformadora, hasta el momento en que es aplicada. Una toma de conciencia que no es seguida de un acto resulta completamente estéril. Un acto tiene un carácter más concluyente que cualquier palabra.En resumen, un acto vale más que mil palabras.
En todas las culturas se encuentra la idea del poder de la palabra, la certeza de que el deseo expresado en la forma adecuada provoca su realización. Para estar en condiciones de ayudar a una persona, no hay que esperar nada de ella y se tiene que entrar en todos los aspectos de su intimidad. La poesía debe ser una constante en la vida para depurar el ego. La realidad no es científica.

Todo lo que arrastramos con nosotros tiene que retorcerse hasta sublimarse. Todo lo que hemos recibido es un tesoro. No es necesario eliminar una parte. Hay que fecundar lo que nos viene dado.

Aunque los principios básicos de la psicomagia son simples, y (según Jodorowsky) su efectividad está demostrada por la experiencia, su aplicación práctica es muy difícil y puede ser una técnica muy peligrosa en manos inexpertas. Para su eficacia depende de dos factores fundamentales:

    El psicomago debe ser capaz de diagnosticar correctamente el problema, y
    El consultante debe estar convencido de antemano de la competencia del psicomago (es importante tener fe en el acto para que este tenga un efecto en el inconsciente) y ejecutar sus instrucciones al pie de la letra.

La psicomagia parte de que en toda enfermedad hay:

    Una prohibición: Al sujeto le prohiben ser lo que él es.
    Una falta de consciencia: El sujeto no se da cuenta de lo que es.
    Una falta de belleza: Cuando se pierde la belleza espiritual se enferma.

El acto psicomágico

Una vez el psicomago detecta cual es la pulsión inconsciente que está entrampando al consultante, le «receta» de manera intuitiva un acto psicomágico, que siempre es una tarea a realizar. Estos actos son performances llevadas a cabo por el consultante y que pueden requerir de la ayuda de otras personas para su ejecución. Lo que se pretende es que el nudo inconsciente que atrapa al consultante se realice en el mundo real metafóricamente. Estos actos pueden resultar chocantes, ridículos, transgresivos, de mal gusto, y a veces incluso chistosos. Pero con el acto también se pretende romper los círculos viciosos del comportamiento, ya sea mental, emocional, sexual o corporal. Cuando se rompe ese nudo gordiano que ataba al sujeto, aparece una nueva dimensión en su personalidad y con ello comienza el camino de la curación.

Ejemplo de acto psicomágico

Ejemplo de aplicación de la psicomagia: un consultante informa al psicomago de que no puede dormir porque un tarotista le ha predicho que «alguien cercano a ti morirá y perderás mucho dinero». El psicomago razona que apelar a la parte racional del consultante no va a servir para nada, pues el hecho de que le haya consultado demuestra que su inconsciente cree en la predicción. La única manera pues de quitar fuerza a la predicción es hacer que se cumpla de forma metafórica. Indica pues al consultante que escriba seis ceros en un billete de veinte euros, convirtiéndolo así simbólicamente en veinte millones de euros, que mate una mosca cercana a él, envuelva la mosca con el billete y los entierre. De esta manera la predicción se ha cumplido y deja de tener fuerza en el inconsciente.

Psicomagia versus chamanismo

Hay muchas similitudes entre la psicomagia y el chamanismo, pero los promotores de la psicomagia afirman que existe una diferencia principal: mientras que en el chamanismo se acudiría a la superstición del sujeto, y este obedecería al chamán sin saber el porqué, en la psicomagia, según sus promotores, al sujeto se le informa del contenido simbólico y de los porqués de los actos psicomágicos.

Psicomagia versus psicoanálisis

En la terapia psicoanalítica, se intentaría traducir el lenguaje de los sueños y los actos fallidos, que pertenecen al inconsciente; pero, según Jodorowsky, «el inconsciente no es traducible, es totalmente caótico». Así, lo inconsciente no sería capaz de adoptar una expresión racional. En la psicomagia se propugna que la comunicación consciente-inconsciente se haga por el camino inverso: que sea la parte racional de los sujetos la que aprenda el lenguaje del inconsciente.

Polémica en torno a la psicomagia

Jodorowsky afirmó en los primeros estadios de divulgación de su técnica que sólo él y un hijo suyo eran capaces de aplicarla con éxito, y que cualquier otra persona que se autodenominase «psicomago» era muy probablemente un estafador o un incompetente.

Estas declaraciones levantaron críticas y suspicacias en su momento. Actualmente Jodorowsky reconoce que dicha afirmación, con el paso del tiempo, ha dejado de ser cierta, pues ya mucha gente de amplia formación se ha empapado con su pensamiento.
En cualquier caso Jodorowsky nunca ha lanzado sus afirmaciones como definitivas y no se cansa de decir que «la verdad no está en una sola cabeza, lo que yo diga es válido hasta cierto punto y hay riesgo de equivocación».
La psicomagia no sigue el método científico, y se la califica de pseudociencia (conocimientos, metodologías, prácticas o creencias no científicas pero que reclaman dicho carácter). Según Jodorowsky,
Cristobal Jodorowsky, hijo de Alejandro Jodorowsky, afirma que la psicomagia no es una ciencia y que, aunque la técnica se puede aprender, no se puede estructurar ni explicar metódicamente. Como en el arte, se pueden enseñar ciertas bases y nociones útiles, «pero al final o eres artista o no lo eres».
En ambientes más críticos la psicomagia es considerada una vulgar superchería.

Bibliografía

    Jodorowsky, Alejandro (2001), La danza de la realidad, Madrid: Ediciones Siruela, S.A.
    Jodorowsky, Alejandro (2005), Psicomagia, Madrid: Ediciones Siruela, S.A.
    Romero Cuadra, José Luis; Álvaro Vázquez, Rafael (2005), Psicópolis : paradigmas actuales y alternativas en la psicología contemporánea, Barcelona: Editorial Kairós, S.A.

Acerca de Francisco
¿Quién soy? Por más que pienso no llego a una frase, texto o definición con la que me identifique, prefiero vivir en la pregunta y seguir descubriendo ¿qué o quién soy?

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